Desde siempre.
Lo he comprobado.
Y viene siendo una constante habitual en mi vida. Cada vez que me he tenido que enfrentar a una situación difícil, he recurrido a lo primero que mi mente ha considerado ''arriesgado''. No sé si en esas ocasiones, en las que el cuerpo me pedía arriesgar, disfrutar, ganar, habré hecho alguna vez lo correcto.
Porque eso es algo que nunca se sabe.
La gente suele decir que en una situación comprometida, una como tantas, en las que te encuentras entre lo mejor o lo peor, cabe dejar espacio a la recapacitación y sobre todo no precipitarse, puesto que una decisión tomada en vano podría llevarte a algo que no deseas.
Es todo o nada.
Sin embargo, esa decisión espontánea, la que tomas por medio de un instinto más bien propio de los animales, a los cuáles nos asemejamos en tantas cosas, nunca resulta haber sido mala. Se suele decir que la vida es aquello que pasa mientras piensas cómo vivirla, y hay una manera correcta de hacerlo.
Arriesgando.
Porque la vida es hoy, es mañana.
Y el que no arriesga no gana.
Y es ahora, cuando frente a una pantalla, con la suave brisa que entra por mi ventana, cuando me paro a pensar. Recuerdo tantos momentos, tantas decisiones, situaciones en las que me he encontrado presionado por el mundo, en las que tenía que actuar.
Y lo hice.
Todo acabó de una forma o de otra, y en repetidas ocasiones me he arrepentido de no haber vivido un momento de otra manera.
De no poder parar el tiempo, para cambiar un segundo de mi vida.
La verdad es que todo podría haber sido diferente pero, ¿sabéis qué? me gusta cómo salieron las cosas. Ese instante de adrenalina en el que todo me daba igual, porque sabía que iba a ocurrir algo, fuera lo que fuese.
Hoy en día, hay tiempo para todo. Muchos de vosotros, al igual que yo, os enfrentaréis a todo tipo de ''problemas'' en los que pensaréis de una forma impropia en vosotros. Pero es eso lo que os caracteriza como personas.
Son esos pequeños momentos.
Instantes en los que vuestra vida pasará como un rayo que atraviesa la tierra en milésimas de segundo.
Instintos.
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